Domingo de Septuagésima
Sermón del P. Romo, FSSP
Guadalajara, México
Explicación de cuaresma - llama la atención antemano.
Hoy nuestra santa Madre, la Iglesia, comienza a prepararnos para el sacrificio exigente del tiempo de Cuaresma, con el tiempo preparatorio de Septuagésima, que consiste en tres domingos de preparación para la Cuaresma. Anteriormente, fueron días de ayuno también, ya que por causa de fiestas y la inobservancia del ayuno en los sábados, los días de ayuno en la cuaresma no sumaban a cuarenta. Los católicos griegos todavía observan este tiempo, en el cual, quitan gradualmente el uso de huevos y queso. Anteriormente, fue un tiempo de abstinencia de carne y de productos de carne. Pues, es un tiempo muy mexicano ¿no? ya que si alguien quiere tener una reunión puntual, hay que decir que van a comenzar unos 30 minutos antes para que todos lleguen a tiempo ¿no? Así nuestra Madre conoce nuestra naturaleza, y nos llama la atención de antemano.
Hoy nuestra santa Madre, la Iglesia, comienza a prepararnos para el sacrificio exigente del tiempo de Cuaresma, con el tiempo preparatorio de Septuagésima, que consiste en tres domingos de preparación para la Cuaresma. Anteriormente, fueron días de ayuno también, ya que por causa de fiestas y la inobservancia del ayuno en los sábados, los días de ayuno en la cuaresma no sumaban a cuarenta. Los católicos griegos todavía observan este tiempo, en el cual, quitan gradualmente el uso de huevos y queso. Anteriormente, fue un tiempo de abstinencia de carne y de productos de carne. Pues, es un tiempo muy mexicano ¿no? ya que si alguien quiere tener una reunión puntual, hay que decir que van a comenzar unos 30 minutos antes para que todos lleguen a tiempo ¿no? Así nuestra Madre conoce nuestra naturaleza, y nos llama la atención de antemano.
Comienzo de obrar. No avanzar es retrasar.
Y así es la meditación de la Iglesia este domingo, que es el comienzo de obrar, el comienzo de correr la carrera. El gran enemigo de hecho es la pereza, una pereza no primeramente física sino mental--la procrastinación, que quiere decir literalmente dejar para mañana. Si se aplica a cosas mundanas, fuera de nuestros deberes, sí, no tenemos que preocuparnos, ni apresurarnos con impaciencia para conquistar el mundo. Pero la conquista de nuestra alma, por medio de una fidelidad a la virtud practicada en las cosas cotidianas, es otra cosa. Hay un dicho de la vida espiritual que dice que si no avanzamos, nos retrasamos. Nuestro organismo espiritual es semejante a nuestro cuerpo. Hemos recibido órganos espirituales, dones, talentos que deben de crecer y madurar, y si no, quedamos retrasados, como infantes, aunque hayamos vivido muchos años. Qué vergüenza sería llegar al juicio particular con 80 años de oportunidades para madurarnos, y aparecer como un niño todavía, si no estamos muertos, porque, de veras, es muy difícil para un niño sobrevivir en el mundo.
Causa. cambio. Orgullo. Melancolía. Lo mejor, enemigo de lo bueno.
Pues, ¿qué cuál la causa de nuestra ociosidad? Viene, psicológicamente de la naturaleza habitual del hombre. Nos gusta tener hábitos, y no nos gusta cambiar. Con los cambios viene un miedo de lo inesperado. También tiene su origen a veces en un orgullo. Nos imaginamos ya perfectos, o no tan malos, y notamos las faltas de lo demás para comparar y confirmarlo, en vez de la comparación que Nuestro Señor nos presta--ser perfectos como el Padre celestial es perfecto. También puede venir de una melancolía de deseperanza, un perfeccionismo de ideas, junto con una desconfianza de lograrlas. Notamos las faltas en el mundo, en la Iglesia, en la familia, en nuestra alma, y en vez de mejorarlas, nos lamentamos, quejamos, y quedamos en una tristeza, y en nuestros defectos. Hay un dicho, que lo mejor es enemigo de lo bueno, es decir que muchas veces lamentamos un ideal no actualizado en vez de tomar el primer paso para mejorar la situación, en cuanto pueda ser mejorado en este valle de lágrimas. La santidad no consiste en un sueño, no consiste en nuestros pensamientos, justificaciones, ni en nuestro autoanálisis, autoestima ni autosuficiencia, sino en nuestra conformidad con las circunstancias actuales de nuestra vida que Dios nos manda según su voluntad y no la nuestra.
Carrera de Nazaret. No solo en el estadio, como en la vida de San Pablo. Empieza con una sola cosa. Quiérelo.
Qué importante es siempre contemplar la vida de Nazaret. La carrera de San Pablo fue, de veras, muy, muy impresionante, venciendo tantas dificultades hasta que llegó a su martirio glorioso. Pero más imitable y más universal fue la vida divina de Jesús, María y José. No tenemos ninguna palabra grabada del Señor San José, sólo algunas acciones. De la Santísima Virgen unas cuantas frases, y su fidelidad. Y de Nuestro Señor no escuchamos de ningún milagro en su juventud, sino al contrario de contrariedades y amenazas a su vida, que él, tan vulnerable, aceptó libremente. La moraleja es que no nos faltan los medios de santificación. Cuando hablamos de la carrera, de la gran competencia de los atletas, hablamos de algo que se puede encontrar en la casa, no sólo en el estadio.
Comenzar. Examen de falta principal. San Ignacio. Agere contra.
¿Cómo vamos a comenzar la carrera entonces? Ya estamos en la preparación. El consejo de los sabios es que identifiquemos nuestra falta principal, el vicio o el pecado que confesamos con la más frecuencia, y que estudiemos la virtud opuesta al pecado y nos enfoquemos sobre esta virtud por un tiempo hasta que habremos hecho progreso en la virtud. San Ignacio nos aconseja que hagamos un examen de consciencia dos veces al día, por un minuto sobre este vicio y esa virtud particulares, notando y escribiendo el numero de veces, para hacernos más responsables. Podemos estudiar un libro como la Imitación de Cristo, la vidas de los santos, por un poquito cada día para saber practicar la virtud o erradicar el vicio. El otro consejo de San Ignacio es de hacer lo contrario, es decir, por ejemplo, si juzgamos mal y tenemos mucho odio hacia nuestro prójimo, podemos hacer la resolución de hacer tres cumplidos cada día, o dar nuestra mejor sonrisa cuando vemos a la persona que no nos gusta. Muchos han tenido éxito corrigiendo sus palabrotas por haber dado una limosna cada vez que hubiera dicho una palabrota. Si luchas contra la lujuria, puedes ayunar o abstenerte de carne de vez en cuando, o hacer una penitencia dejando algunos lujos de la vida. Podemos escoger una penitencia cada día para cada sentido, de no escuchar o hablar siempre cuando queramos, de no probar o tocar algo. Hay muchas prácticas que podemos hacer, y el consejo es de comenzar con uno sólo. El ejército que guerra en muchos lados al mismo tiempo hace su fortaleza débil, y es susceptible al ataque. Si lo hiciésemos esto cada año, ¿dónde estaríamos en siete años?, ya que hay siete vicios principales y siete virtudes principales. Cada carrera empieza con un paso sólo, y para seguir adelante, continúa con un paso. Se dice que cuando la hermana de Santo Tomás de Aquino le preguntó cómo ser santa, él replicó “Quiérelo.” Si hacemos de nuestra parte, nada más nos faltará. Esto es más que un consejo, es una enseñanza católica según el concilio de Trento. “Dios no manda [cosas] imposibles; sino mandando, amonesta a que hagas lo que puedas, y a que pidas lo que no puedas; ayudando al mismo tiempo con sus auxilios para que puedas; pues no son pesados los mandamientos de aquel, cuyo yugo es suave, y su carga ligera.” (Concilio de Trento s.6, c.11).
“Ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de salvación.” Ahora es el único momento de santificarnos, ya que mañana es un mero producto de la imaginación, que nunca viene. “No os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal,” el mal de nuestra falta principal. Hoy o mañana- es nuestra decisión. Corred de manera que lo ganéis. “Quiérelo.”
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